En medio del campo y el aire limpio de Curacaví, este empredimiento busca rescatar el trabajo colaborativo, horizontal y usando el agua de la zona.
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Según la antigua mitología egipcia, la diosa Hathor era la deidad de las fiestas, el placer, la danza, quien con sus propias manos creó la cerveza. Por eso, en sus festividades, se bebía cerveza, bebida clave en la alimentación diaria de los egipcios, junto con el pan y los cereales.

Miles de años han pasado, pero Hathor aún sigue recibiendo ofrendas, esta vez desde un lugar tan recóndito como Curacaví, en Chile. Y es que en esta zona nace la cerveza artesanal que lleva su nombre, creada por Marcela Jiménez, junto a su socia Sujei Tapia. La cerveza nace en 2013 y desde sus inicios se enfocó en ser una cervecería de mujeres. Y lo ha logrado, incorporando a Valentina Salgado y a Paola Méndez en el equipo.

Marcela sonríe al recordar sus inicios, ya que, quizás por designios de la misma diosa Hathor, todo empezó tras el desaliento del desempleo. “Yo soy químico, trabajaba en un laboratorio, pero ese laboratorio cerró. Y tenía ganas de hacer un empredimiento, con la Sujey lo habíamos hablado. En eso, en un momento en un programa de televisión vimos cómo se elaboraba cerveza y dije ‘esto hay que hacer’ y a la Sujey le gustó la idea. Luego hicimos un curso básico de cervecería en Santiago y nos encantó. Nos gustó cómo nos quedó la cerveza. Empezamos a vender altiro, en ese tiempo poníamos una etiqueta fotocopiada” recuerda Marcela.

Luego de ganar un capital abeja de Sercotec, la cerveza Hathor pudo formalizar el negocio. Comenzaron a aparecer en locales, pudieron invertir en un auto, a repartir a domicilio y construyeron un galpón para todo el proceso de producción. Además, lograron obtener otros fondos, lo que les permitió invertir en nuevos fermentadores, ollas y barriles.

La Hathor Stout ha sido premiada en dos copas de cervezas.

“Con la Sujey enbarrilamos y con mis padres etiquetamos. Y mis viejos también distribuyen”, agrega.

“Es un tema de amistad, de confianza también. Con mis papás nos llevamos muy bien, ellos también se sienten a gusto trabajando a sus 72 años y también hay un tema económico, porque los jubilados no tienen buenas lucas. Y con todas mantengo una amistad, confianza, que se sientan con la libertad de innovar en el proceso de la cerveza”, dice Marcela

¿Están haciendo cervezas experimentales?

No hemos tenido capacidad para experimentar, estos últimos meses. Nunca he sido apresurada en nada, ahora está la onda de las IPA, todos están haciendo, pero ya habrá tiempo para hacer IPA u otra cerveza. Además, para hacer una cerveza experimental, hay que experimentar harto. No se trata de hacer 500 litros sin saber cómo va a resultar. Hay que hacer poco litros al principio, para ir probando lúpulos, levadura, etc. No es llegar y hacerlo, se necesita tiempo y espacio en la producción.

¿Qué se viene para Hathor este año 2019?

Dentro de los proyectos de este año, uno es que voy a hacer el diplomado de Cervecería en la Universidad Católica de Valparaíso. Me interesa mucho incorporar más conocimiento, porque a veces pasa que hay problemas con la levadura, manejar el tema del agua, y para mí es importante saber y poder certificar esos conocimientos formalmente.

Y otro proyecto que ya empezamos es que vamos a tener una ampliación acá en en Curacaví, vamos a construir una sala de ventas, para atención a clientes. Porque nos a llamado mucha gente que quiere venir, conocer la cervecería, y aún no está adecuado el espacio para recibir público. Quizás a fin de año esté lista.

Marcela nos mostró parte del proceso de cocción de Hathor.

¿Por qué Hathor tiene una identidad de mujeres?

Por una postura política que tengo, de vida. A mí me interesan las mujeres. Trabajar con mujeres es una experiencia que se ha perdido a lo largo de la historia, creo que antes era más común, se ha borrado la gran complicidad que tenemos las mujeres. Además, trabajar con mujeres va dentro de lo que espero que sea un espacio horizontal. Aquí nadie es más que otra. La relación entre hombres y mujeres no es horizontal en la actualidad.

Es una parada de vida que tengo, también, no es nada contra los hombres. Pero a mi me interesa hacer alianzas con las mujeres, tener una relación de compañerismo.

Y por eso me interesa también lo que pasa en la comunidad de mujeres cerveceras, porque hay necesidad de estar entre nuestras pares. Antes no se daba porque estábamos encerradas en las cocinas, o planchando, lavando. Y los hombre se juntaban, hacían vida pública. Entonces, hemos tenido que generar espacios para nosotras. Por eso es positivo también que en las reuniones solo haya mujeres, se necesita ese espacio.

Cerveza Hathor vende sus cervezas con reparto a domicilio en www.cervezahathor.cl También la encuentras en diversos locales en Santiago, Valparaíso, Los Ángeles y Concepción.