Renzo Caimi, junto a su hermano, Mauro, son los socios y fundadores de Cervecería Coda. También son parte del Comité de la Copa de Cerveceros de Chile, que comienza este 19 y 20 de julio, en Valparaíso. En Casablanca, en la quinta región, conversamos brevemente con Renzo sobre cómo se formó Coda y qué conlleva el concepto de “cerveza consciente”
¿Cómo te integras a trabajar en el comité de la copa de cerveceros de Chile?
Fue una idea que surgió hace tiempo, en un festival de cerveza, en 2018. Salió la idea de hacer una cerveza colaborativa para la copa y puse la planta de coda a disposición y luego retomamos las conversaciones y armamos la actividad rápido, y bueno, todo salió perfecto.
¿Cómo nace Coda?
La sociedad está conformada por mi hermano y yo. Surgió cuando estábamos terminando los dos la universidad y nos vimos enfrentados a qué hacer como profesionales. Yo venía haciendo cerveza por dos años, en mi casa, y se lo propuse a Mauro, mi hermano, para asociarnos y dedicarnos a esto. Estudiamos el mercado, armamos unas recetas, nos validamos con algunos colegas y le dimos a la empresa. Sin mucha plata al principio, por eso el crecimiento fue muy orgánico. Ya han pasado cuatro años, recién nos sentimos confiados y ya es rentable el negocio.

¿Por qué se definen como una cervecería consciente?
Tiene que ver con nuestra filosofía de empresa, es un recordatorio de cómo debemos hacer las cosas como dueños, cuando tomamos nuestras decisiones. Este pensamiento nos gusta dividirlo en dos aristas. Por un lado, el respeto al medioambiente, que nuestros procesos tengan o poco o nulo impacto en el medio ambiente o que ojalá pueda traer beneficios. Y, por otro lado, consciente con las personas, con nuestros trabajadores, nuestros clientes, proveedores. Lo social es un ámbito, pero tratamos de abarcar más que eso.
Han ganado distintas medallas con cerveza Coda…
Para nosotros las copas son importantes, porque nos validan en nuestro producto para hacer algo de calidad, con cierto estandar. También son potentes como gancho marketero, es más fácil vender una cerveza con medallas. Y es entretenido participar en la competencia.