Ganaron el premio como mejor cerveza en 2018 en Chile Bruers, pero Héctor y Aníbal no se quedan en sus laureles. Aseguran que lo importante en este rubro es que siempre hay cosas que mejorar y aprender.
Compártelo en tus Redes Sociales:

Héctor Cofré y Aníbal Muñoz son los socios y creadores de la Cerveza Desatino. Aunque la cervecería lleva alrededor un dos años de manera profesional, ha comenzado a destacar por su calidad y la sencillez y simpatía de sus dueños.

En 2018 ganaron el campeonato de Chile Bruers, para cerveceros caseros, que coronó en su última etapa a la Desatino estilo Witbier. “Nunca esperamos ganar, aunque siempre nos tomamos muy en serio el concurso”, cuenta Héctor. Al galardón, se suman los cursos en Chile Bruer y el compromiso que tienen por su cerveza, que cada semana cocinan, con sol, lluvia o truenos.

Actualmente, Desatino tiene a la venta, de manera online, sus estilos Cream Ale, Scotich, APA y una línea experimental. Han logrado autogestionarse e instalarse en un espacio en la comuna de San Miguel, para felicidad de los padres de Héctor, quienes sufrían la invasión de su cocina todos los fines de semana con los sabores y aromas de la preparación de sus cervezas.

¿Por qué se llaman Desatino?

Aníbal Muñoz (AM): Al principio teníamos como un listado gigante de nombres para la cerveza. Pero ninguna nos identificaba. Desatino vino de la idea de algo desordenado, pero sin caer en lo malo de lo desordenado, sino el lado bueno de ser desatinado. Ser un joven adulto que busca ratos libres, pasarlo bien, relacionado con desprenderse de la adultez.

Héctor Cofré (HC): Además queríamos que fuera un tema lúdico, ya que hay marcas más tradicionales, con escudos, imágenes más fomes, y nosotros queríamos algo dinámico y moderno. Nuestro primer nombres era “Horizonte”, que era todo lo que acabo de decir: muy tradicional. Pero surgió de a poco Desatino, y el logo de a poco fue tomando forma.

¿Hace cuánto están ligados al mundo de la cerveza?

AM: Vamos casi para los dos años. Partimos como todos, haciendo 20 litros. Pero antes hacía chelas con mi polola, pero en realidad más que chelas eran experimentos. Quedaba cualquier cosa.

HC: Aprendimos de a poco, como autodidactas.Fuimos visitando plantas, Hasta Pronto, a Alameda Beer Co., y nos unimos a Chile Bruers. Pero la idea de hacer cerveza siempre estuvo en nuestras mentes.

Somos amigos desde hace 10 años, estudiamos juntos turismo, pero ahí tomábamos cerveza, nos gustaba. Siempre hemos estado asociados en todo. Y hace dos años nos decidimos a hacer cerveza, nos juntamos a planificar y con el objetivo a largo plazo para dedicarnos cien por ciento a esto.
Siempre venimos los fines de semana a cocinar, nunca faltamos, porque hay que estar bien enfocados en hacer cerveza y en ese sentido estamos alineados. Por eso muchos se quedan en el camino, se desmotivan, por eso hay que tener resiliencia. Y con los comentarios, nosotros siempre hemos sido autocríticos con nuestra cerveza, siempre hay que mejorar algo.

¿Y quienes fueron los primeros críticos de sus chelas?

HC: Los amigos, mi mamá jajaja…

AM: De a poco fuimos saliendo, más allá de las familias. Y tuvimos el apoyo de Chile Bruers, empezamos a participar en sus concursos, las catas, y eso nos ayudó mucho para mejorar la calidad.

HC: El año pasado todas las semanas íbamos a unas catas en cervecería Intrinsecal, que nos sirvieron mucho. Llevábamos nuestras cervezas para que las probaran otras personas, y tomábamos nota de los comentarios y así fuimos mejorando.

¿Y cual es el mensaje de la marca Desatino?

HC: Que no se tomen la vida tan en serio.

AM: Que se tomen un momento para relajarse, desatinar a veces, salir de lo cotidiano.

HC: Sin darnos cuenta, al final la cerveza transmite lo que somos nosotros. Al Anibal le gusta la música, le gusta andar a en skate, somos juveniles… quizás cuando vayamos envejeciendo, la imagen cambie, pero nunca va a dejar de ser lo que es, algo liviano.

¿Cómo han visto el auge de la cerveza artesanal en Chile?

AM: Hay mucha gente que parte haciendo cerveza artesanal, gente que compra el kit, o prepara una empresa, pero no es fácil. Hay muchos que se quedan en el camino, no es solo hacer cerveza y tomarla, hay que llevar barriles de 30 litros, mover productos, es una pega pesada. Y la inversión es grande. Hacer cerveza es un proyecto largo, tú la cocinas y después sabes cómo te quedó, dos semanas o un mes después. Y si no se persevera, nunca vas a tener éxito.

HC: En Chile la cerveza ha sido un tema que ha ido creciendo. Cada vez vemos más personas aprendiendo, estudiando sobre el tema. Hay que rebuscarselas, para sobresalir. Y creo que para eso tienes que ver la calidad, tener cierto reconocimiento, no tener problemas con la cerveza. Además a nosotros nos gusta compartir lo que sabemos y creo que en general el ambiente cervecero es súper colaborativo. Nosotros tratamos devolver lo que nos pasó, porque a nosotros los cerveceros nos extendieron la mano, nos ayudaron a aprender del rubro y queremos retribuir esa ayuda. Cuando damos recomendaciones y críticas constructivas, tratamos de no ser soberbios, sino ayudar a mejorar a los otros. Yo diría que la mayoría de las personas en la cervecería tienen una perspectiva colaborativa, en Chile.

AM; Hay muy buena disposición, sobre todo de la gente que partió de manera casera, con 20 litros mensuales, y los que han pasado por eso valoran el aprendizaje, y comparten sus experiencias.