Hacer cerveza en casa se ha vuelto una alternativa real para los consumidores. Desde Chilebruers, reconocen una tendencia al alza de la producción hogareña en los últimos siete años, debido a la masificación de insumos al alcance para el homebrewer. Tiendas especializadas ofrecen los equipamientos y materias primas necesarias (lúpulos, maltas, levaduras), además de la realización de cursos y talleres, que en el contexto de la pandemia, han mutado a versiones online.
Erik Simoes decidió en su momento aventurarse y hacer cerveza en su casa. Con nueve años de experiencia, conversamos con él sobre diversos momentos de su vida y etapas como cervecero casero.
Brasileño, 40 años. Futbolero, hincha de Santos. Su ídolo, Pelé por supuesto. Sus amigos destacan su alegría, inteligencia y disposición para transmitir sus conocimientos. Hace cinco años se mudó a Chile por amor.
Su familia sigue en Brasil. Viven en Florianópolis, capital del estado de Santa Catharina. Es una isla, por tanto, tiene playas en toda su costa. Se consume mucho pescado y mariscos. También, es reconocida por sus cervecerías y bares especializados. En su historia tuvo una colonización alemana importante, dejando una gran influencia cultural cervecera. La invención de la Catharina Sour vino a reafirmar aquello. Por una decisión en conjunto, un grupo de cervecerías se dedicó a elaborar el estilo, logrando el reconocimiento en la guía BJCP. En ese contexto, Erik aprendió a hacer cervezas.
¿Cuál fue tu primera experiencia con una cerveza artesanal?
Conocí el tema por un amigo que hacía cervezas y las promovía desde la casa. Organizaba fiestas, cobraba un precio y tú entrabas con derecho a barra libre de sus cervezas. Me encantaron, tenía sus equipos ahí. Eso me sirvió mucho para interiorizarme, aclarar dudas. Empecé a estudiar y junto con otro amigo, empezamos a equiparnos para hacer nuestra propia cerveza.
La primera que cociné fue una American Pale Ale. Había probado el estilo en la casa de él, me gustó mucho. Es una cerveza sencilla de hacer, en comparación con otras.
¿Por qué decidiste ser homebrewer?
Por la calidad y variedad del producto. Las cervezas comerciales, por lo general, manejan un estilo predominante, que es la lager estándar. La guía cervecera tiene más de 100 estilos diferentes y a veces difíciles de encontrar o a precios muy elevados. Por ende, uno puede hacerlos en su casa. Existen combinaciones de maltas, de lúpulos diferentes, es un mundo riquísimo de cervezas. En tu casa puedes cocinar litros de recetas similares.

¿Es difícil? ¿Tomaste cursos u ocupaste material online?
Nunca hice cursos de cervezas, todo lo que he aprendido fue por internet. Uno pone en YouTube «cómo hacer cerveza» y te salen miles de videos. Algunos enseñando lo básico, otros más avanzados, pero internet es una gran fuente de información en este caso. La facilidad de hacer cursos, es que puedes aclarar las dudas en el momento. El camino de aprender solo es más complicado, pero se puede. He visto tiendas de insumos acá en Santiago impartiendo clases virtuales. Me pareció súper interesante. Tienen toda la parte teórica y luego cocinan una cerveza. Ponen una cámara que va acompañando la explicación, se puede aprender perfectamente.
Además, con todo esto que está pasando, se han puesto de moda los “live”. He visto algunos muy interesantes, de cerveceros o gente especializada en determinado tema. La Academia Cervecera de Análisis Sensorial está promoviendo una serie de charlas. Por ejemplo, una con John Palmer, uno de los cerveceros más famosos del mundo, autor del libro How to Brew. Una biblia cervecera, prácticamente una lectura obligatoria. He visto chats en otros lados con maestros cerveceros también. Es un buen momento para aprovechar de aprender.
¿Cómo fue tu primer acercamiento con una cerveza chilena?
La primera cerveza artesanal que tomé en Chile fue una de Spoh. La Animal, Doble IPA. Es la primera que conocí y me llamó mucho la atención, porque la encontré muy buena. Ahí me volví muy fan de Spoh.
¿Cómo has llevado la cuarentena? ¿Has hecho cerveza?
Estamos encerrados en casa, hacemos compras de supermercado por internet. No hemos salido para nada. Por la naturaleza de mi trabajo, educación virtual, todo sigue igual. Sólo que no voy a la oficina y lo hago desde casa.
Y sí, he hecho cerveza. Cuando se empezó a complicar un poco el tema del virus, hice una compra grande de insumos, más o menos para hacer cuatro recetas de 20 litros cada una. Hice una Black IPA, tengo ahora fermentando una Red IPA y esta semana haré una Catharina Sour. Y me quedan ingredientes para hacer una German Pils.

Fuiste elegido el homebrewer del año en la última competencia de Chilebruers. ¿Cómo fue eso? ¿Esperabas ese resultado?
La competencia son tres etapas. El gran ganador es el que acumuló más medallas. Gané con algunos estilos, cervezas experimentales que hago. Saqué bronce, con una Blonde Ale con albahaca y una Wee Heavy. Plata, con una Catharina Sour de frambuesa con café. Y finalmente, oro con una Catharina Sour de maracuyá con albahaca también, y una Berliner Weisse que hice con hibiscus (flor de Jamaica) y Coco. De ahí, con ese medallero, obtuve el reconocimiento de Mejor Cervecero Casero del año. Tenía la esperanza de ganar, sabía que las cervezas estaban muy buenas. Estoy contento con el resultado, súper feliz.
Particularmente, la Catharina de maracuyá con albahaca quedó maravillosa. Usé esta hierba porque aporta frescor y soy muy fanático de ella. Uno de los jueces que estaba en la mesa quedó encantado. Él tiene una cervecería (Ergo), que trabaja con muchos estilos experimentales y me invitó a hacer esta receta en gran volumen. Hicimos 200 litros de esta chela y la llevamos a varios bares. Uno de los barriles se fue a Punta Arenas. Fue increíble ver mi cerveza pinchada en bares como Intrinsical y El Honesto Mike.
Por último, ¿una invitación a la gente a animarse a hacer cerveza en casa?
Invito a todos a hacer cerveza en casa. Tienen que hacerlo, porque de verdad es sencillo, entretenido y los insumos se consiguen fácilmente. También, pueden comunicarse con la Asociación de Cerveceros Caseros. Tenemos un grupo de Whatsapp y uno puede preguntar y aclarar dudas. De verdad que es un mundo desafiante. Uno parte y después no para de estudiar, quiere hacer otra y otra y otra.
Muy buen artículo. Felicitaciones.