Esta cerveza nacional se caracteriza por sus novedosas etiquetas, que invitan a sus comensales a adoptar un punto de vista más crítico, siempre con su respectivo brebaje en la mano.
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Doctrina Brewing Co nace a partir de la idea de su dueño, Matías Sanhueza, de realizar una crítica social a través de la cerveza, poco antes del estallido social, en junio de 2019. Su equipo de producción está constituido por cuatro personas, que mueven todo el negocio de la cervecería.

Se caracterizan por sus novedosas etiquetas, que invitan a quién la deguste a cuestionar la actualidad política-social del país y del mundo. Etiquetas que pretenden iniciar esas conversaciones políticas que se han vuelto tan necesarias.

Doctrina transforma a la cerveza en algo más cercano, más allá de ser un objeto de consumo. Un producto cultural, una bebida crítica en la mesa de los comensales. Su equipo se propone dar a conocer el nuevo eje del movimiento cervecero que se está gestando en Concepción. Quizás por ese fuerte contenido social y humor político, su cuenta en redes sociales fue hackeada hace unos meses. “Nos costó harto recuperar la cuenta”, comenta su dueño.

“Solo pensamos que fue a alguien a quién no le gusto nuestro contenido crítico”, agrega.

¿Cómo surge el proyecto de Cervecería Doctrina?

Soy cervecero hace nueve años, comencé con otra marca de cerveza en la Patagonia. Cuando me trasladé a Concepción, seguí con la idea de tener una cervecería, pero hice un análisis previo de cómo estaba el mercado y la cultura cervecera en la ciudad, para llegar con una marca que tuviera sustento. En un principio, con un análisis bien crítico del ambiente social. 

Nosotros en julio del año pasado ya teníamos la idea de la etiqueta y  me interesaba representar esa crítica social mediante una marca. También, por la influencia de mi profesión como cientista político de la Universidad de Concepción, siempre estuvo la política en mi vida.  Ahora bien, no pretendemos abanderarnos con un solo punto de vista. 

Luego, conocí a ilustraciones Haddad. Con ellos logré una alianza estratégica, ya que al comentarles la idea que tenía en mi mente, me contaron que justo estaban dibujando del mismo tema. Ahora en estos momentos, estoy armando mi galpón para que sea una cervecería abierta al público. 

 ¿Cómo te ha afectado el movimiento del estallido social y la pandemia?

Estoy en un sector central de la actividad política de los manifestantes de Concepción. En lo comercial obviamente me afecta, pero no lo veo como algo negativo, lo vemos desde lo social. Desde lo que perseguimos como marca no me afecta, al contrario, estamos en esa. Nos apoyamos mucho en las redes sociales para que la gente nos conozca y eso nos ha permitido ser más visibles, que la gente nos conozca más.

¿Cómo sientes que ha sido el proceso de fidelización del cliente? Porque se mueven mucho por las ventas online y la venta en regiones fuera de Concepción.

Tenemos mucha crítica desde otras regiones por no explorar el mercado de cervecero de Concepción, comparados con Santiago y la quinta región de Valparaíso. También, Temuco en la Araucanía, Villarrica y Valdivia, que siempre han tenido esa alma cervecera. Nosotros tenemos alianzas con otras cervecerías de Concepción: Fuzz y Perro Negro, con quiénes compartimos la misma visión. Nos asociamos de forma más informal y decidimos posicionarnos en todos esos lugares donde la gente está consumiendo cerveza artesanal. El cliente de la cerveza artesanal está gastando un poco más. Estamos haciendo un esfuerzo sacando estas cervezas y distribuyéndolas fuera de la región con esas etiquetas con diseños críticos, como cervecería Perro Negro. 

Por otro lado, hicimos una alianza con Sagitta, de Ñuble, que me permitieron cocinar en su planta y hacer una simbiosis de cervecería. Creemos en la colaboración a nivel de emprendimiento, persona y sociedad.

En general, Concepción se está volviendo un foco súper crítico de cerveza, ¿es como si la ciudad estuviese tomando una personalidad crítica?

Siempre hemos sido críticos, nosotros pensamos que Concepción siempre ha sido una ciudad crítica. Aquí está el rock, la Universidad de Concepción, que es una institución con un discurso de crítica social y eso es lo que hacemos nosotros. Por ello, nos ligamos a todo este ámbito que rodea la cerveza. Hay mucha gente que consume nuestra cerveza porque se siente parte de la identidad penquista.

¿Cuáles son sus referentes para elaborar cerveza y quizás ver alguna colaboración con alguna otra?

Me gustan más las tendencias, referentes tengo pocos. Me gusta la tendencia norteamericana, especialmente con lúpulos norteamericanos y las cervecerías que están siguiendo estas tendencias como Hasta Pronto, Tamango, Jester. Creo que ellos leyeron el mercado muy bien. 

Sabemos que nosotros también contamos con las herramientas y sabemos lo que se está haciendo en otras partes. Si tuviera que elegir un referente internacional elegiría a Brewhouse La Plata y Cervecería Tacuara de Argentina.

¿De dónde surge el diseño del concepto de cada cerveza?

La idea es sacar una cantidad limitada de cerveza, de modo que la lata es un diseño de colección, tanto en diseño y estilo. En el diseño de la etiqueta fuimos más reactivos que proactivos. Teníamos una visión, una estrategia, que fue variando porque las etiquetas llamaron tanto la atención que le doy las gracias a Ilustraciones Haddad, quienes llevaron bien el diseño de la etiqueta. La gente está comprando más por la etiqueta, entendemos el proceso que está ocurriendo, cómo estamos llegando al cliente final. Así es que, decidimos ampliar nuestra gama de diseño en etiquetas y sacamos algunas cervezas por tiempo limitado. 

Sacamos “Amarga Represión” y “Explosaison” con un diseño de termo retracción, que te da la impresión de que la lata estuviese pintada en su totalidad, potenciando el arte detrás de la etiqueta. Lo bueno es que te permite separar el plástico de la lata para poder separarlos y reciclarlos. Y eliminamos el cloro, para que la etiqueta se adhiriera a la lata. De ese modo, el producto termina siendo 100% reciclable y le hace menos daño al medioambiente. Siendo una cervecería muy pequeña, seguimos nuestra línea y creemos que podemos marcar una tendencia en el cambio de las etiquetas.

¿Tienen alguna meta que les gustaría cumplir en el 2020?

En lo comercial, nos propusimos enfrentar el 2021 al menos con 10 estilos y diseños de marca. Sabemos que en algunas vamos a acertar y en otras no, pero es parte de Doctrina.

En lo social, agradecemos que la gente esté ampliando su visión de lo que era la política. La gente está abriéndose a compartir su opinión. Ahora todos deben opinar y esa opinión a algunos no le va a gustar. Vas a encontrar a gente que va a estar de acuerdo contigo y otras no. Antes del estallido estábamos muy calmados, ahora con estallido y pandemia, todos tenemos algo que decir. La forma de expresarlo puede salir desde la cerveza, el arte o los profesionales.